DE ASUNTOS PÚBLICOS ARGENTINA

Los obstáculos de Cambiemos

Los últimos tiempos resultan ser complejos para Cambiemos por distintos aspectos. Son varias las luchas simultáneas que mantiene, con costos políticos no tan claros todavía.

En la Justicia, por ejemplo, el Gobierno debe acordar con sectores del Peronismo para hacer efectiva la designación de la procuradora general electa por el Poder Ejecutivo, Inés Weinberg de Roca.

Además, Cambiemos tendrá en sus manos el destino de un juez sumamente cuestionado debido a su supuesto incremento patrimonial, Jorge Ballesteros, que podría terminar destituido, tal como le ocurrió a otro Magistrado, Eduardo Freiler.

Por otro lado, hay una variable que para el Gobierno parece estar cayendo, que es la confianza, y particularmente la confianza en algunos de sus funcionarios de parte de la sociedad.

Los ejemplos más claros son los del Ministro de Finanzas y el Ministro de Energía. Además, una situación de aumento de precios rápido y un crecimiento moderado, tibio, no ayudan a propulsar el consumo y desviar, de alguna manera, la atención de una política que no siempre parece estar a la altura de las circunstancias.   La suma de estos factores parece un trago muy difícil de pasar para una sociedad con un 25% de pobreza, mientras la clase política discute sobre sociedades off-shore, corrupción en obras públicas o canje de pasajes en ámbitos parlamentarios.

Sin embargo, Cambiemos goza aún de una ventaja importante, que es la falta de una oposición estructurada y de la existencia de un Peronismo dialoguista, aparentemente abierto a la negociación. El sindicalismo, por su parte, parece lejos de tener la fuerza de convocatoria opositora que supo tener en otras épocas y continúa profundamente sumido en luchas internas.

En un año previo a un 2019 electoral – de nuevo – parece ser una obligación para Cambiemos el hecho de mostrar resultados, económicos más que otra cosa, que le permita seguir consolidando su proyecto a nivel nacional y tener una base sólida. Pese a que falta mucho todavía, cada día cuenta y una victoria electoral en una elección de medio término, con la cual Cambiemos ganó – y sorprendió -, no es una garantía eterna.