DE ASUNTOS PÚBLICOS ARGENTINA

Los desafíos que salen a la luz

El Presidente de la Nación, Mauricio Macri, se encuentra ahora frente a los verdaderos desafíos de su gestión. Siempre los tuvo en claro, pero no les pudo dar visibilidad porque necesitaba una elección como la que pasó para sentirse seguro y respaldado. Nadie duda ahora de su liderazgo y eso le da ciertas garantías que no sólo será escuchado, sino también acompañado en la gestión de la nueva agenda que tiene por delante.

Pasaron las elecciones generales de medio término y Cambiemos, el frente de gobierno, hizo una elección formidable. Fue la primera fuerza que triunfó por primera vez en una misma elección en los cinco distritos más grandes del país, obtuvo más del 40% de los votos a nivel nacional y “se quedó” con casi todas las ciudades de la provincia de Buenos Aires convirtiéndola en la opción más votada de la provincia de mayor peso a nivel nacional.

Si a esto le sumamos la detención del ex Ministro de Infraestructura durante el gobierno de CFK (con más de 130 causas judiciales iniciadas en su contra), Julio de Vido, la semana del gobierno no pudo haber sido mejor. Es que a los votos que acompañaron a Cambiemos, se añade ahora la confianza que despertó en Macri la detención del ex ministro, todo un símbolo kirchnerista. El próximo paso será cuando el mismo Presidente el lunes próximo anuncie lo que comenzó a vislumbrar pasado los comicios: “…se viene un reformismo permanente”.

A propósito de este reformismo, el gobierno nacional que había adelantado una reunión pos elecciones con todos los gobernadores provinciales, cambió un poco la agenda con los resultados del domingo. Como ahora “es el dueño de la pelota”, amplió la convocatoria para llamar al diálogo no sólo a jefes provinciales. Se sumarán también miembros de la oposición, del Poder Legislativo, del Poder Judicial, empresarios y sindicalistas. Algo que muchos pregonaban para que haga. En España se denominó Pacto de la Moncloa. Acá todavía no tiene nombre, pero lo importante es que está en marcha.

No lo hizo antes porque necesitaba tener estos resultados. Necesitaba consolidarse como gobierno, ganar en territorialidad y en gobernabilidad. Vaya si lo hizo.  Ese mismo diálogo que hace mucho se pedía, quizás dio su primer paso en el marco del Coloquio de IDEA. No sólo por la intencional charla que tuvo el Presidente con los empresarios presentes, sino también por la reunión que mantuvieron a solas empresarios y sindicalistas. Sin gobierno (visible) de por medio.

Al mismo tiempo, y en el marco de ese diálogo institucional tan necesario para Argentina, el Presidente tiene quizás uno de sus mayores desafíos de su gestión. Qué hacer con la oposición sin descuidar su oficialismo. Con el triunfo de las elecciones, “todos querrán ser amarillos” a partir de ahora. Todos quieren sacarse la foto con el campeón. Por eso Cambiemos debe mantener las formas, no pecar de arrogante y cuidar su ADN para no verse afectado por otros intereses. Y además morigerar los egos de los socios fundadores, porque a todos les fue bien y todos querrán más poder.

En esa misma línea, Macri supo aprovechar en estos dos años la confrontación política con la ex Presidente de la Nación. Entre ambos jugaron al policía bueno y al policía malo, logrando un efecto polarizador que fue determinante en esta elección. Pero con los números puestos, y el poder acotado de CFK (con ex funcionarios presos, gobernadores que no quieren saber nada con ella y un rol en el Congreso que está por verse), tendrá que buscar con quien compararse. La sociedad en general dio un mensaje contundente en las urnas, pero es un voto de confianza, no de sumisión.  No hay que confundirse.

Encontrar a una oposición hecha y derecha, que hable y no grite, no es tarea fácil. Por eso la apuesta por delinear actores de la política que tengan en claro que si Argentina no acuerda en puntos básicos de construcción a futuro, será una discusión coyuntural que no se plasmará para el largo plazo.  En ese orden, Macri tendrá un panorama más claro y de mayor previsibilidad que le permitirá, si finalmente lo desea, ser Presidente de la Nación nuevamente en 2019.