DE ASUNTOS PÚBLICOS ARGENTINA

El eleccionismo permanente

Normalmente, las campañas electorales son procesos muy intensos, muchas veces cargados de información contradictoria con un objetivo que, hoy en día, también tiene su correlato con el marketing. El marketing político. El ciudadano de las democracias de hoy, puede estar acostumbrado a términos como tracción, intención de votos, a preguntarse o a que le pregunten “cuan de acuerdo está con x propuesta o con x candidato”. Eso sucede, y es normal que así sea.  Además, no debemos dejar de tener en cuenta que el flujo de información se eleva exponencialmente con distintos medios tecnológicos, cada vez, más al alcance de un número mayor de personas.

Todo lo anterior resulta, para mejor o para peor, “normal” (si algo así existiera). Pero la pregunta que nos hacemos hoy es ¿Qué sucede cuando en un país, como el nuestro, el proceso definido arriba no termina nunca? El lector podrá pensar, a priori, que el ciclo de elecciones termina cuando efectivamente hay un ganador en la contienda de los votos. Pero no sucede así en Argentina. Desde hace mucho tiempo se registra ese síntoma, bien establecido en el establishment, de que las elecciones ganadas no sirven como un testimonio de la confianza de la ciudadanía, para posteriormente llevar adelante las propuestas (económicas, políticas, sociales, etc.) sugeridas, sino como un pasaporte a ganar la próxima elección, y luego la de medio término, y luego la siguiente.

La pregunta de si el sistema electoral argentino, teniendo elecciones cada 2 años resulta eficiente o no, a la hora de cumplir las demandas de la ciudadanía no nos compete aquí, pero es válida la reflexión de si se puede pensar un país o un proyecto a largo plazo, si lo único que preocupa es ganar la elección que se encuentra a un par de años de distancia.

Tenemos sobrados ejemplos de este comportamiento. Desde dirigentes kirchneristas expresando su deseo de “eternizar” a la ex Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, hasta las expresiones de distintos funcionarios actuales, que ya mismo se encuentran especulando sobre las “posibles” relecciones, no solo del Presidente Macri, sino también de la Gobernadora de la Provincia de Buenos Aires María Eugenia Vidal, e incluso del Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires Horacio Rodríguez Larreta.

En esa vorágine, muchos funcionarios parecen olvidar su responsabilidad de gestión y básicamente la razón por la que fueron electos.  Sintetizándo, si trabajamos para ser “electos y reelectos” todo el tiempo, ¿cuándo trabajamos para LO QUE fuimos electos?

Cada uno de nosotros puede tener su opinión, pero lo que vemos al menos de una manera general, es un reflejo, tristemente arraigado, de una preferencia por el corto plazo. La vieja frase Roma no se hizo en un día” parece haber sido olvidada, y los resultados obtenidos van obviamente en concordancia.  Claro. Los resultados son obviamente disimulados y cualquier persona que circule por distintos rincones de la Argentina en época de elecciones, posiblemente vea un despliegue un tanto inusual de obras públicas anuncios y proclamas, porque claro…hay una elección que ganar.

Pero las carencias y las faltas, una vez, cerrado el proceso y declarado el ganador, siguen allí.

Teniendo esto en consideración, el día en que las instituciones, cualquiera sean, puedan dejar de mirarse a sí mismas y pensar en su legado y no en su “supervivencia en el cargo” será un día de logros para la Argentina.