DE ASUNTOS PÚBLICOS ARGENTINA

Juego de palabras

El peronismo está revuelto. Y a los argentinos nos encanta hablar del peronismo aunque muchos lo nieguen; al menos analizar qué sucede con su funcionamiento seguro, ya que al partido justicialista es un factor de poder de nuestra corta historia como Nación.

El lunes en Odisea Argentina por La Nación+, Carlos Pagni le consultó al politólogo francés y ex diplomático, Alain Rouquié qué le diría a Juan D. Perón si estuviera vivo, rememorando un encuentro que tuvieron ambos en España a finales de la década del ´60, y éste contestó: “ Si sigue siendo peronista”.

El peronismo no se puede explicar por sí sólo, por lo menos el actual formato del espacio justicialista. Las elecciones PASO demostraron que luego de 2015, el peronismo todavía sigue huérfano del poder. Como suele decir algún que otro dirigente del oficialismo de raíces justicialistas, “…el peronismo es poder o expectativa de poder”. Y en este momento no es ninguna de las dos cosas. Por ende perdió su esencia.

Mientras tanto, los que se definen como seguidores de “el General”, arman y desarman. Frente de Unidad Ciudadana, Frente Renovador – no 1País -, Cumplir e inclusive gran parte de la mesa política de Cambiemos a nivel nacional (activos, pero en modo avión en esta campaña) intentan mostrar de diferentes maneras que el peronismo es tan amplio, que hay lugar para todos. “El peronismo no es un partido, es un movimiento” rezaba el manual de conducción política escrito por el mismo Juan D. Perón.

La semana pasada comentamos sobre la posibilidad que los gobernadores sumen a Sergio Massa para una reunión prevista en el CFI. Finalmente este meeting se dio, pero cambió un poco su encuadre. No fue sólo una reunión de dirigentes del peronismo, sino fue un encuentro ampliado en virtud del reclamo que tienen las provincias por la presentación ante la Corte Suprema de Justicia de María E. Vidal por el Fondo del Conurbano. No fue casual que sólo faltó ella y su cada vez más aliado Horacio R. Larreta. Pero sí estuvieron los aliados radicales. Lo que sucede es que hay petitorios que no se pueden desatender cuando de presupuesto se habla.

Por un lado para Massa, quien necesita retener votos ante las nuevas encuestas que aparecen de cara a las generales, fue una suerte de alivio no haber sido parte de esa mesa. No tiene rol de Jefe Provincial, primero, pero además hubiese tenido que dar alguna que otra explicación ante el principal activo político que tiene su nuevo espacio electoral, 1País, como es Margarita Stolbizer. Ambos necesitan construir un relato que le permita disminuir la fuga del voto útil que se estarían dando para ampliar la brecha entre Cambiemos y Unidad Ciudadana.

Pero no tuvo problemas, de enviar a un Intendente que responde a él (?) como es Julio Zamora, a una actividad con jefes comunales. Aprovechando un acto en memoria de Antonio Cafiero, quizás uno de los últimos peronistas, hecho y derecho, el alcalde tigrense se reunió con varios de sus pares y otros dirigentes en lo que fue una foto un poco extraña para los tiempos que corren. Estaba desde Oscar Parrilli, hasta Verónica Magario pasando por Gustavo Menéndez y Eduardo “Wado” de Pedro entre otros. Todos pidiendo clemencia y unidad partidaria.

Pero es contradictorio, porque el mismo peronismo o lo que queda de él, desestimó tener una gran interna meses atrás y prefirió jugar cada uno por su lado. Cambiemos tuvo mucho que ver en eso, claramente no fue sólo una decisión unánime. Al avecinarse las generales, y ya con el diario del lunes, muchos no quieren que se “les escape la tortuga” y por eso juegan a dos puntas. Massa es uno de ellos como también ya hemos comentado.

Entonces la última semana nos muestra dos caras de una misma moneda. Los pequeños gobernadores buscando consenso pero representando a listas que irán por separado en octubre. Los reales gobernadores, sentados alrededor de una mesa que se caracterizó por la multiplicidad de espacios convocados pero unificados bajo una misma demanda.

Y las elecciones que se acercan dejarán nuevamente demostrado que el PJ vive uno de sus momento más difíciles, con pérdida de identidad inclusive. Por eso cobra mucho sentido la pregunta a Rouquié: ¿Seguiría siendo peronista Perón actualmente? En definitiva, hablamos de un peronismo sin Perón y de un Perón sin peronismo.